Vivimos en una sociedad obsesionada con la apariencia de juventud. Mucha gente invierte grandes cantidades de dinero y mucho esfuerzo intentando ocultar los signos de envejecimiento. Esta actitud contrasta con la forma en la que la Biblia presenta los «años dorados».
Las canas son una honrosa corona que se obtiene en el camino de la justicia.
(Proverbios 16:31)
Aun en su vejez, darán fruto; siempre estarán vigorosos y lozanos, para proclamar: «El Señor es justo; él es mi Roca, y en él no hay injusticia».
(Salmo 92:14-15)
No importa cuál sea tu edad aun tienes mucho para aportar. Usa los dones que Dios te dio. Alaba y agradece al Señor por la bendición de los años que él te ha concedido. Proclama sus bondades y misericordias. Cada año que pasa es una nueva oportunidad que Dios te da. No la desperdicies.